
El alto consumo de antidepresivos y tranquilizantes se consolida en España.
Las dosis diarias aumentaron un 14% del 2012 al 2016 y sitúan a España entre los países líderes.
La medicalización del malestar, la crisis o la soledad no deseada están detrás de la alta utilización.
Ya sea por nuestro estilo de vida o la llamada soledad no deseada. Ya sea por la crisis de a la que los españoles no acaban de ver la puerta de salida. O porque se recetan con más alegría de lo conveniente, ante la falta de otro tipo de recursos asistenciales, lo cierto es que en España continúa el alto y preocupante consumo de antidepresivos y tranquilizantes, uno de los más elevados del mundo.
Ya lo advirtió la Agencia Española del Medicamento, que en el 2013 señaló que el uso de antidepresivos había aumentado exponencialmente, nada menos que el 200% desde el año 2000, al pasar de 26,5 dosis por cada mil habitantes y día a 79,5. Y recientemente el Círculo de Sanidad, integrado por empresas del sector sanitario, en la última edición del informe ‘La Sanidad en Cifras’ avisa de que la tendencia al alza sigue, a un ritmo eso sí mucho menor, ya que la venta de antidepresivos creció un 14,73% entre el 2012 y el 2016. Asimismo, la administración de sustancias comúnmente conocidas como tranquilizantes, aumentaron un 9,37%.
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